La confianza no es algo con lo que se nace, es algo que se construye. Y se construye haciendo cosas que parecen incómodas, enfrentando miedos y demostrando que sí sos capaz, aunque dudes al principio.

Un buen primer paso es mirar hacia atrás y reconocer todo lo que ya superaste. Muchas veces subestimamos lo lejos que hemos llegado simplemente porque estamos enfocados en lo que falta.

Después, proponete desafíos pequeños pero claros. Hacer algo que evitabas, hablar cuando preferías callarte, probar eso que te daba vergüenza. Cada pequeño paso suma.

No esperes sentirte seguro antes de actuar. La acción viene primero, y la seguridad aparece después, cuando te das cuenta de que sobreviviste, aprendiste y creciste.

Fortalecer la confianza es una decisión diaria. No es soberbia, es autoconocimiento: saber que podés equivocarte, pero también levantarte y seguir.

Tendencias