Los precios elevados con los que muchas veces le llega la vacuna antiaftosa a los productores ganaderos, es en muchos casos consecuencia de los entes sanitarios y no de los laboratorios que fabrican este producto.
El incremento de los precios de los productos veterinarios depende de varios factores y no sólo de los laboratorios. Entre los elementos influyentes, tanto los impuestos como también la distribución del producto pueden llevar a que los costos aumenten sin necesidad de que los laboratorios modifiquen el precio.
Las políticas fiscales y la logística de distribución cumplen roles fundamentales al momento de determinar un precio en el mercado. Teniendo en cuenta las regulaciones de mantenimiento con las que tienen que lidiar los productos veterinarios, la distribución en tiempo y forma se torna más costosa, afectando también en el precio final del producto.
En este caso, las vacunas o insumos veterinarios se ven afectados por valores externos a la producción del mismo. Otro factor fundamental que determina el precio de dichos productos son los impuestos como el IVA (impuesto al valor agregado), que terminan generando costos inevitables para el comprador que no son generados en primera instancia por los laboratorios.






